Situación
Fasnia es un municipio canario perteneciente a la provincia de Santa Cruz de Tenerife.
Está situado en el sureste de la isla de Tenerife, en la región de Agache, que forma igualmente el municipio Arico y parte de Güímar.
Linda con Güímar por el Barranco de Herques y el Barranco de Archifira, con Arico por el Barranco de La Linde y el Barranco de Las Eras y con La Orotava por la Degollada de Abreu y la Montaña El Cabezón.
Cuando llegaron los conquistadores castellanos a estas tierras, éstas pertenecían al Mencey Acaymo de Güimar. Se han encontrado yacimientos arqueológicos en los barrancos de Herques y Los Muertos.
Hay escritos del siglo XVI que mencionan a esta zona con el nombre de Fasna y dicen que estaba ocupada por auténticos guanches –vivían en cuevas-, ya que los conquistadores no estaban muy interesados por ocuparlas. Se quedaban a vivir en la vecina Güimar.
Predomina la aridez del terreno, aunque según vamos ascendiendo hacia el interior aparecen masas de pinos, hasta llegar al matorral en la alta montaña. Terreno cubierto por las cenizas provenientes de sucesivas erupciones volcánicas.
Las precipitaciones son escasas y tiene una gran insolación, aunque a medida que se sube en altitud se aprecia la influencia de los vientos alisios.
La parte interior del municipio pertenece al Parque Natural de Corona Forestal, el pulmón de la isla de Tenerife, este parque rodea el Parque Nacional del Teide. Los otros espacios naturales protegidos son: el Monumento Natural del Barranco de Fasnia y Güimar, un barranco de gran interés geomorfológico típico del sur, con plantas rupícolas y algunas especies endémicas, como el cerrajón (Sonchus gummifer). Y el Sitio de Interés Científico del Acantilado de La Hondura, donde vive una especie en peligro, la piña de mar (Atractylis preauxiana) aquí el mar bate los acantilados con fuerza.
La economía se centra en la agricultura con el cultivo de viñedos, flores, papas y tomates. El gran problema que tiene la agricultura es la escasez de agua. Abundan los bancales para cultivar, aprovechándose muy bien la roca volcánica: la pumita.